miércoles, 28 de diciembre de 2022

Milagro concedido

Bueno,

Este es el post que pensé que no escribiría nunca. El milagro sucedió en junio de 2022. 

¡Hemos sido padres de una niña!

Cambié de clínica de fertilidad. La nueva doctora se leyó mi carpeta de dos kilos de historial y se tomó dos semanas para darnos una respuesta.

Resulta que mi problema principal era que tenía el útero en forma de Y, me hicieron una resonancia y me operaron dos veces el útero (julio y septiembre de 2021). Fueron intervenciones sencillas de media hora, con Propofol, indoloras tanto que al día siguiente fui a trabajar.  Además, fue mediante donación de óvulo y espermatozoide, con DGP.  Me implantaron el embrión en octubre de 2021 y se desarrolló a la perfección.

Dimos la noticia a la familia en Navidad porque ya estaba casi de tres meses porque nos convenció la ginecóloga, nos daba miedo que saliera mal. La prueba del pliegue nucal fue en enero y también salió bien. Desde entonces todas las analíticas de la bb fueron como la seda. Nació por cesárea porque no se colocó en su momento y viendo mis antecedentes no quisieron arriesgar. Es una preciosa bebé llena de vida y risueña como ella sola. 

El problema que surgió fue que mi marido me dejó justo en esas fechas por otros motivos. La vida es así te regala algo, pero te arranca cosas de imprevisto. Al menos es un padrazo aunque con horario de pareja separada y sin convivencia.

Si tuviera que dar un consejo a alguien que esté pasando por este proceso sería que si ves que tu ginecólogo/a está atascado y ya no sabe qué hacer con tu caso, cambia a otro/a profesional. A veces unos ojos nuevos pueden ver lo que otros ya no son capaces. Además, las analíticas y pruebas que vamos haciendo no son en balde, los expertos saben qué no ha funcionado contigo en otras clínicas y qué falta por probar. Son caminos que abren o cierran otros senderos.

Si no hicimos maternidad subrogada fue porque nos pilló la pandemia. Todavía nos faltaba una baza por probar cuando ya habíamos tirado la toalla de quedarme embarazada.

Desde luego, creo que soy una de las personas más constantes que conozco y comprendo que muchos en mi caso, no hubieran llegado hasta aquí. Cada uno conoce sus límites y sus ilusiones. Es cierto que a día de hoy no podría afrontar este camino económicamente ni casi por edad. Tengo 47 años.

Me arrepiento de haber sido tan opaca con la familia y algunos amigos, creo que habría estado bien contar el sufrimiento que tuvimos porque habría sido positivo compartirlo con ellos. Al final se enteraron a toro pasado y se genera eso de "podías haber confiado en los duros momentos". 

Ser mamá es una experiencia preciosa, a pesar de no tener instinto maternal lo voy desarrollando poco a poco. A mí me gustan los niños a partir de 3 o 4 años pero ahora me encantan los bebés. Ayuda que la peque es muy tranquila, comilona y dormilona. Pensaba que el primer año iba a ser infernal pero no, todo lo contrario.

Mucho ánimo a todos los que estáis en este camino: a veces las espinas se pueden convertir en rosas