Tenía reticencias a acceder a la donación de gametos, es decir, de óvulo y espermatozoide pero estoy muy orgullosa de haberlo hecho.
La doctora nos recomendó que descartáramos la donación de embrión porque los embriones disponibles no son los mejores y, además, no suelen llevar hecha la DGP normalmente. Nos dijo que ya habíamos pasado por demasiado como para añadir problemas con la genética.
Hoy veo a mi hija y solo veo a mi hija. Este tema me preocupaba mucho al principio, durante el embarazo. Mi duda es si ella se sentiría mal por no parecerse genéticamente a nosotros, que para ella fuera un problema. Afortunadamente todo salió bien, es una niña sana y feliz, que además es preciosa.
Es curioso que muchos dicen que se parece mucho a su padre. Yo suelo decir cuando me preguntan: "¿A quién se parece?" que soy muy mala con los parecidos, así no me pillo los dedos por si algún día lo decimos.
Yo se lo he dicho a algunos amigos pero el padre no quiso decírselo a nadie. En principio creo que es un error pero es cierto que así ningún niño puede atormentarla con afirmaciones antiguas, los niños se ceban con estas cosas que ni conocen ni entienden.
Así que nuestro milagrito es sana como un roble, ya que sus padres genéticos rondan la veintena, es lista, risueña y un bombón.
