viernes, 14 de julio de 2017

Extraños caminos

Estoy en ese momento en el que sabes que has tomado el camino correcto pero que te genera cierta incertidumbre...

Ahora solo me intriga saber si mi cuerpo es capaz de llevar a término un embarazo, venga de donde venga.
Lo que está claro es que con la trayectoria que manteníamos, la cosa pintaba mal. Ahora falta saber si hay posibilidades con el cambio.

Nos dijo el ginecólogo que nos aconseja pasar a ovodonación con una donante C1 C1 de estilo mediterráneo como yo que físicamente es el más común (vaya, pensaba que era más peculiar. Je, je), y que tendríamos un 50 por ciento de posibilidades.

Estos elefantes bebé que fotografié en Asia me recuerdan a este proceso. Simbolizan la infancia que es lo que queremos atraer, la fortuna de poder costearnos este nuevo tratamiento a base de mucha austeridad, la paciencia mental de seguir tirando hacia adelante y, sobre todo, la constancia.


lunes, 3 de julio de 2017

Cinco cosas positivas de la ovodonación

Creo que la cara positiva de la ovodonación:

1- Avances tecnológicos:
Cuando yo nací no existía la FIV y las mujeres hasta los años 70 que no podían, no podían. Y hasta un tiempo después, los adelantos tecnológicos no permitieron a las mujeres con problemas ováricos ser madres GRACIAS al óvulo de otra mujer.

Subrayo el GRACIAS porque sin esa tercera persona, no podrían llevar un bebé en su interior que fuera un 50% de su pareja.

2- Evitar el rechazo inmunológico:
Hace tiempo le planteé esta duda a mi médico y me dijo que podrían eliminar el rechazo inmunológico buscando una donante que fuera compatible conmigo con las KIR, es decir, que sea C1. Mi pareja es C1 y C2. Los embriones que tienen su parte C2 son rechazados por mí. Es por eso que rechazo el 50% de sus embriones. Si la donante es C1 yo no rechazaría su óvulo. Aunque si el espermatozoide que lo fecundara fuera C2, sí.


3- Psicológicamente...
La verdad es que prefiero ser madre con óvulo adoptado a no serlo de ninguna manera. Reconozco que me está costando visualizar la nueva situación. He leído mucho sobre esto y voy comulgando con ruedas de molino.
Lo que estoy segura al cien por cien es que al bebé lo querré igual. El amor a un niño que se cuida en el seno familiar es algo que se escapa de cualquier razonamiento fabricado.


4- Estudios sobre los intercambios entre embrión y madre. Parecidos y enfermedades
Dice un estudio que: "Existe un intercambio entre endometrio y embrión, algo que ya se sospechaba por la coincidencia de algunos rasgos físicos entre madres e hijos de ovodonación así como por la incidencia de enfermedades de los niños relacionados con patologías maternas durante la gestación como obesidad o tabaquismo"

http://cadenaser.com/emisora/2015/09/22/radio_valencia/1442918291_556674.html


5- Mi pareja
Creo que merece ser padre y que, con la buena mano que tiene con los niños, sería estupendo verle disfrutar de ese don. Me dice que si fuera él quien tuviera que renunciar al Adn lo haría sin pensarlo, que a él no le importa pero que ve que a mí sí.
En fin, lo bueno es que si funcionara cuando el peque esté con sus primos paternos serían primos al cien por cien. Eso sí, cuando estuviera con mi familia no tendría mucho en común con ellos, genéticamente hablando claro. Estoy deseando verle tener a su propio hijo o hija conmigo.

En fin, ya os iré contando esta comedura de tarro....

Cuatro cosas negativas de la ovodonación


Aquella llamada fue como un jarro de agua fría. Es como si, a pesar de llevarlo dentro desde su día cinco de vida, pasara a ser madre adoptante. De golpe te arrancan los vínculos básicos con tu futuro bebé. He leído que a esto le llaman el "duelo genético"

De pronto se me vinieron a la cabeza aspectos como:

1-Parecido:
Tener que renunciar a ver el más mínimo parecido físico o psicológico a mí en nuestro hijo o hija.

2- Trasplantes o transfusiones
La incompatibilidad si necesita de su madre un riñón o un trasplante o transfusión de cualquier tipo...

3- De relación hijo/a- madre
Si se le comunica al niño podrían surgir los futuros problemas de "tú no eres mi madre" en la adolescencia.
Si no se le comunica hasta ser mayor de edad: "me habéis tenido en una mentira todo este tiempo"
Si no se le dice: puede descubrirlo por casualidad al ver que genéticamente no compartirmos Adn y pensar que se le ha mentido sobre su origen. Querer buscar a la donante, etc.

4- Rechazo inmunológico al preembrión:
Enseguida pensé que eso no sería lo peor, ni de lejos. Debido a mi dilatada trayectoria de seis abortos en seis años sobrevoló la sombra de que mi cuerpo no asuma la ovodonación. ¿Si parece que rechazo mis propios embriones, no rechazará mi cuerpo aún más el Adn de otra mujer?

¿Esto sería ya una sentencia vitalicia y crónica de infertilidad?

Las peores noticias: ningún preembrión es viable

Pues hasta aquí hemos llegado con el intento de ser padres con nuestra propia combinación de Adn.

El viernes por la mañana llamó personalmente nuestro ginecólogo para comunicarnos las peores noticias. Ninguno de los tres embriones había salido bien, todos tenían anomalías cromosomáticas. Dos eran Síndrome de Down entre otras cosas y el tercero tenía un problema en el cromosoma 20 y 21, lo cual le habría impedido sobrevivir. Me quedé petrificada.

Se le notaba muy afectado y dijo muchas veces que lo sentía mucho. El médico seguía hablando pero yo ya no podía pensar...me comentó que lo mejor era que lo hablara con mi chico. El caso es que me fue a pasar con la que atiende las llamadas para concertar una cita y cuando estaba dando tono, colgué.

Le dije a mi marido "Ninguno ha salido bien" y él no entendía qué le quería decir. Luego me contó que por mi cara pensó que había ocurrido una desgracia familiar, un trágico accidente o algo por el estilo. Me fue sacando la información con sacacorchos y yo le respondía con monosílabos.Al final por un lado se tranquilizó y por otro nos quedamos en silencio.

Cuando me recuperé del shock, me volvieron a llamar de la clínica y me dieron cita para el día 10.

Ese día estábamos de viaje celebrando nuestro aniversario y el salón se quedó mudo. Entró precipitándose la palabra OVODONACIÓN.