Llegamos a la clínica y enseguida llegó nuestro ginecólogo junto a otro médico que resultó ser embriólogo. Nos dieron la mala noticia de que no habían sobrevivido los embriones, que uno se había parado y que el otro tenía mal pronóstico. Así que se cancelaba. "Prefiero tener la conciencia tranquila y dormir por las noches", nos dijo.
Nos lo tomamos muy bien, "prefiero que se pare en el laboratorio que dentro", les comenté.
Nos dijeron que hay personas que se lo toman fatal.
Al día siguiente nos podían poner otros embriones si queríamos y aceptamos, claramente
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