Han pasado casi dos meses desde mi último post. Ahora estoy animada con la donación. Creo que porque una amiga ha tenido una bebé con embrión donado y su relación con la peque es igual que cualquier madre. He sentido que es un regalo propio del avance de la tecnología y que ella, si hubiera nacido unos años antes, no habría tenido esta opción.
Por primera vez en años, me he pedido el día en el trabajo para ir relajada a la trasfer.
Mi médico me citó la semana pasada para hacerme una prueba de transferencia. Nunca me la habían hecho. Se trataba de ver la medida del catéter necesario para mi entrada de útero. Al final resultó que mi medida era la mínima. Me dolió un poco con la primera opción (como me pasa siempre) y me puso otro más fino y flexible. Resulta que esto es fundamental. Si en el quirófano te pasa esto, te cambian de catéter pero el útero ya se te ha quedado con espasmos y es malo para la implantación.
Después de tantos años de tratamientos nadie había caído en esto.
La verdad es que estoy ilusionadísima
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