domingo, 2 de abril de 2017

Rechazo social a las "no madres"

 Hoy quiero compartir algo que hace años vengo sintiendo cuando nos juntamos con parejas con hijos.
En la época que yo tenía treinta y muchos me preguntaban insistentemente el clásico: "¿Y vosotros para cuándo?". Desde que cumplí los cuarenta el entorno enmudeció y se tornó el tema en un silencio incómodo.
Por ejemplo, estábamos en una reunión con amigos en un bar y me acerqué un momento a la barra a pedir algo. Allí había amigos del grupo que habían sido papás hacía muy poco y otros que iban a serlo en breve. Al verme, se hizo el silencio y escondieron el móvil. Un gesto rápido que no impidió que viera una ecografía de un bebé en la pantalla.
Pensé: "A buen entendedor, pocas palabras bastan". Pedí mi copa y me di la vuelta haciéndome la loca.
¿Por qué no podía ver yo esa fotografía? ¿Piensan que porque sospechan que no podemos tener hijos me molesta ver una ecografía de un bebé? ¿No quieren hacerme daño o creen que no puedo tener ese tipo de conversaciones?

Cuando hablan de bebés, lactancia, grietas, guarderías, colegios...pues sigo la conversación con naturalidad. No tienen que limitar ciertas conversaciones porque tenga 42.

Eso sí, no me gusta ir dando pena con lo "nuestro" y se lo hemos contado solo a pocas personas.

A pesar de todo, sé y noto que nuestro entorno lo sabe porque dejó de ser un secreto hace unos meses. Un amigo de mi marido decidió pregonarlo y nos hemos enterado hace bien poco.

Hay diferentes miradas cuando sobrevuela el tema de la fertilidad en la conversación. Yo las clasifico en cuatro grandes variantes:

- Lastimera. Significado "Pobrecitos, les está costando"

- Preocupada. Significado "Deberían ponerse en manos de un especialista"

- La airada. Significado: "Estas modernas no quieren ser madres". (La típica amiga maligna de la suegra)

- Lapidaria. Significado "Pobrecitos, se les ha pasado el arroz"

Cada vez que alguien de nuestro entorno anuncia embarazo me hace una ilusión tremenda. Y sobre todo, si es alguien que lleva mucho tiempo buscando.
Y si soy sincera, solo me es indiferente cuando me pilla en medio de un aborto. Si las hormonas están revolucionadas puede que no vaya al hospital a conocer al pequeñajo. Unas semanas después, sí. Creo que no hay que forzar las cosas y si estás tristona por la revolución interna pues no vas. Lo bueno que el 90 por ciento de las veces estoy bien y puedo compartir mi tiempo con ellos.

Estamos rodeados por un baby boom que da mucho juego. El otro día vino a una reunión una amiga que ha tenido su peque. Una de las asistentes dijo: ¿Y quién será la siguiente en anunciar embarazo? Me miró y parpadeó como pensando: "Ésta ni de coña". Al final se dio la vuelta y se decantó por otra que está a las puertas de su boda.
En el momento te sientes...una mezcla entre humillada, ninguneada, juzgada. Después me da la risa por la honestidad brutal de algunas personas. Si se pusieran en los zapatos del otro, cuántos comentarios desagradables nos ahorraríamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario